jueves, 23 de abril de 2009

Unchained Therapy

Ésta tarde uno de mis contactos de msn me reclamó el hecho de mi abandono electrónico: en concreto se refería a que nunca ha recibido un sólo correo mío... considerando que yo recibo mínimo 5 al día, provenientes de él. Así de rápido me excusé con el trabajo, el fastidio de manejar 3 cuentas de correo simultáneamente, el tiempo, el clima, la crisis económica, la hambruna, las guerras, en fin... todo aquel argumento verosímil para una persona decepcionada por mi falta de consideración.

La verdad es que no suelo mandar correos cadena. De hecho he ido acumulando en mi bandeja de entrada infinidad de correos de éste tipo, ya que tampoco acostumbro leerlos (peldón! dejen de perder su tiempo conmigo, contactos que envían 5 mailillos diarios :$)
Los que he leído son aquellos que me han mandado amigos que no tienen la costumbre de hacerlo, y siendo honesta me causa curiosidad saber qué les pudo llamar la atención como para querer reenviar una cadena (e incluirme en ella, a sabiendas muchos de mi desinterés por las mismas).

Yo hago un poco algo similar; a menos que algo haya captado mi interés en demasía y me encuentre en un estado de disposición-personal-mailera (cuando en tu trabajo tienes que enviar y recibir correos todo el día, la verdad es que queda muy poco ánimo para dedicarle tiempo al correo personal) lo hago.
Y mis cadenas nunca sobrepasan las 10 personas. Soy realista y selecciono sólo a aquellos que considero me darán la oportunidad antes de almacenarme eternamente en su bandeja de entrada.

Y bueno, los correos personalizados... puff! esos son más escasos aún. Me sobran dedos para contar a las personas a las que les he escrito algo personal vía e-mail... y la neta no es algo que me preocupe, al contrario. Porque con quienes lo hago me tomo todo el tiempo del mundo; sin prisas, saboreando (o sufriendo según sea el caso) cada palabra y sobre todo... dejando fluir enteramente mi sentir. Y es que eso se me dificulta rete harto frente a frente, gulp.

Así, he ido convirtiendo la tarea de mandar correos personales en mi pequeña terapia dedicada a unos cuantos; a aquellos que han formado o forman parte de mi vida y que de alguna manera u otra, se han ganando la confianza y un lugar especial en mi duro corazón de bruja maldita muajajaja... (ya me había puesto muy Candy-Candy-Señorita-Pony)

Estoy consciente de que tal vez he perdido innumerables oportunidades de disfrutar de la fortuna de Bill Gates; o que quizás de manera indirecta haya provocado dos que tres catástrofes (disculpen, pero creo que agregar N mil contactos y dar click en reenviar en 5 min. es una tarea casi imposible para tratar de salvar al mundo). En cambio me quedo con la satisfacción de saber que en el momento que quiera puedo recurrir a mi confesa terapia; con calma, dispuesta, inspirada... y con la tranquilidad de que mi karma saldrá bien librado.

1 comentario:

Dean dijo...

Olvidaste mencionar las oraciones al niño Jesus y las de amigos por correo electrónico, los de recibe un abrazo virtual y un beso electrónico.
Un saludo.