sábado, 25 de julio de 2009

Ruda y Cursi

Voy llegando del fut; perdimos... otra vez :(
Para variar apenas nos completamos las 7 reglamentarias, mientras que nuestras oponentes eran como 3 mil (sí, adoro la hipérbole y qué y qué y qué!)..
Además el sol estaba de la burguer y yo soy una nena chillona. De cualquier manera estuvo chido. Lo que sí es que debo dejar de ser tan amable y dejar de pedir perdón cada vez que intercepto a alguna de las rivales... la rudeza no se me da más que en otros contextos, jojo.

Hora de comer... buen finde!!! :)


miércoles, 22 de julio de 2009

Lecciones de bolsillo pa la vida laboral

El último rol de mi empleo multifacético fue el de camarógrafa, hace un par de semanas.
En estos tiempos de crisis (o sea, los mismos tiempos desde que tengo uso de razón) no puedes negarte a las peticiones -o sea órdenes tajantes- por parte de "los altos mandos" de labores extras y no remuneradas a tus obligaciones habituales, en virtud de ahorrarles una lanita claro está.
Yo la verdad es que me divierto disfrazándome, y no fue la excepción en mi más reciente experiencia.
La misión que me fue encomendada fue ir a grabar un evento gubernamental, en el que además nos darían una entrevista exclusiva al finalizar (güórales qué cool).

Lo primero que aprendí de un "colega" (conste que lo puedo nombrar así, porque resultó que estudiamos la misma carrera) es que grabar un evento de éste tipo es un desperdicio, ya que los de comunicación en gobierno a huevo tienen que hacerlo; tons mejor ahorrar tus propios recursos, hacerte amiguis de alguno de esa área y pedirle que luego se moche con una copia de todo. Chido.

De todas formas yo ni podía grabar, porque bien listos en mi ofi me compraron un disco DVD pa la cam en vez de el cassette mini DVque les pedí, toing.
Así que estuve esperando un ratote a que llegaran con el encargo correcto. Mientras tanto me puse a turistear por el recinto, mandé algunos mensajitos ociosos, me asomé de vez en cuando a la sala de la reunión pa refrescarme con el A/C (y también era chistosillo ver que todos estaban taaaan aburridos que en cuanto abrías la puerta, se despabilaban esperando ver afuera algo más emocionante que lo que pasaba entre sus cuatro paredes).

Lo segundo que aprendí es que cargar con una cámara y un tripié puede resultar atractivo (para los que NO tienen que cargar con todo el armatoste, porque pa mí fue como una sesión de pesas obligada, ouch). Digo, tampoco me quito mis méritos personales jiji, pero es que el tonito y la mirada lujuriosa con la que un tipo me preguntó "¿eres reportera?" me causó extrañeza (fijaciones enfermizas con Luisa Lane, supongo). Lo que re-aprendí en realidad fueron esas sabias palabras que tanto escuché en mi niñez: no hables con extraños.

Por fin entré a la sala para escoger el lugar adecuado para llevar a cabo la entrevista y colocar todo el equipo.
Lo tercero que aprendí es que cuando no llevas todo lo necesario para hacer bien tu trabajo, puedes recurrir a una caidita de pestañas con algún incauto que sepas que te puede resultar de ayuda... ah! usar la vocecita de niña consentida y los diminutivos también funciona y muuucho. "Aich, no traigo extensión para la cam, me la prestas rápidito? van a ser sólo 5 minutitos... shi, porfis?" caída de pestañas y la extensión fue mía por media hora.

Por fin terminé de instalarme; mi jefe y el entrevistado se pusieron guapos y a la cuenta de 3, 2, 1 grabando empezó el bla bla bla. Tuve que recordar mis clases de videoproducción en las que mi maestro Pablo me regañaba por dejar mucho "aire"en las tomas, así como luchar contra mi adicción por hacer zoom a la menor provocación....

Y lo cuarto y último que aprendí es que siempre hay que fijarse bien cuántos mirones se han quedado en la sala de grabaciones y lo más importante, dónde se han quedado; no vaya a ser que estés tan ensimismada sobre el visor de la cámara que no te des cuenta de que estás dando un choucito de tu trasero en primer plano al público asistente, gulp.

domingo, 12 de julio de 2009

La danza de los monos

Dolce V: verdad que una onda de amor nos atraviesa?
A.A:
uhm... yo diría que más bien es una onda de deseo (...) pero vieja tenías que ser.
Cierta conversación nocturna en el messenger


Se necesita predisposición para que algunas cosas resulten...
El caso es que después de toda una vida de permanecer pasiva (indiferente y mal educada cuando he tenido pareja) frente a la situaciones de ligue, por fin el otro día me decidí a ser proactiva, incluso.

Desde que entramos al bar en el que caímos I y yo después de vagabundear un rato, me puse en el mood juego de caza.
Mi amiga y yo, nos encontramos por casualidad con otros amigos ahí y sin previa invitación, agandallamos la mesa contigua. Al instante, puse sonrisita socarrona y mirada inquisitiva, preparándome así para la cacería.
Primero capté a un chico de sombrerito de pachuco. La neta este fue accidental; sin mucha intención, jiji.

La intermitente danza por nuestra mesa y hasta eso el tipo decente; nada de miradas lascivas o aires donjuanescos, todo muy light. Me provocaba más una conversación amable y amistosa, que bailar un vals de flirteo con él.
De pronto, en algún momento apareció en escena un cejudo de ojos pizpiretos. Ya ni supe onde quedó el pachuco. La inexperiencia en estos menesteres del ligue, hizo que reaccionara hasta después de varias ya-nada-discretas miraditas y sonrisitas de su parte.

Creo que incluso mi reacción fue claramente notoria, porque de volada I me hizo la pregunta obligada: "tas ligando vedá?". Pues sí, como ella misma me lo dijo algunas semanas antes; de vez en cuando hay que sacar a pasear al instinto.
Debo confesar que el jueguito me estaba resultando bastante divertido. Pero como es costumbre, mis ansias descartadoras-controladoras pronto se hicieron presentes, a pesar de estar consciente de que esto sólo sería un pasatiempo sin mayores consecuencias.

"Sí, muchas miradas muchas miradas, pero el cejudo está notoriamente borracho... lo que le quita validez a casi cualquier acción" (es sabido que un borracho le puede coquetear hasta al cesto de basura donde vomita); "Se siente superman porque está con sus amiguitos, seguro que estando solo tendría la vista clavada en el piso todo el tiempo"; "No da señal alguna de percatarse de la buena música que tenemos de fondo" -punto esencial de mis categorizaciones intolerantes-; "No conversa, en los vistazos que le he dado su boca siempre está pegada a la botella de cerveza" uhm... hueva.

Momentos después, los amigos con los que estábamos partieron del sitio, lo que nos convirtió a I y a mí en dos mujeres solas y desamparadas.
Aprovechándose de nuestra vulnerable situación, cejas lindas y uno de sus amigos ("el que me van a enjaretar a mí" -me dijo I entre asustada y resignada) comenzaron a acercarse peligrosamente a nuestra mesa.
No sólo se acercaron, sino que se sentaron en el lugar recién desocupado por nuestros amigos, para con cierto aire de galanura mal ensayada preguntarnos si la mesa estaba disponible (uff, pregunta obvia y requete original! chale).

Mi interés se perdió en automático. Digo, que cruces miradas y sonrisas con un extraño a 2 metros de tí, es mucho más emocionante que tenerlo a medio metro, a sabiendas de que no estás ni pizca interesada en interactuar más allá de los sucesos inocentes anteriormente relatados. Y mucho menos con humo de por medio (awww, además fumador!). Estaba incómoda ya; me atravesaba la idea de que intentaran hacernos conversación porque sabía que tanto I como yo tenemos muy malos modales cuando alguien nos llega a nefastear... y pos hacerme la amable solo por la obligación de continuar el juego, como que no.

Afortunadamente, llegó otro más listo que ni permiso pidió y se sentó no en la mesa de al lado, sino en la nuestra. Viejo conocido de la vida y del amor indirecto, con el que compartimos el resto de la noche hasta que nos cerraron el lugar...
Pronto cejas y compañía perdieron el ánimo de socializar con las vecinas, e hicieron mutis después de un rato. Cuando se dirigía a la salida, mi fugaz conquista me dirigió una última mirada; ambos hicimos el acostumbrado ademán de despedida con la mano y articulamos un casi inaudible adios, nuestra única palabra de la noche...

miércoles, 1 de julio de 2009

I'm singin' in the rain...

Julio ya. Séptimo mes; mes en el que me dejo de temores fabricados y me encomiendo a Tales de Mileto y a Heráclito de Éfeso.

Empiezan las lluvias y el delicioso aroma a tierra mojada; la melodía del agua tarareando alegre o furiosa en las ventanas, el estilo Mary Poppins rumbo al trabajo, la gabardina 2 tallas más grande que nunca he mandado arreglar, la romántica nostalgia de las citas al aire libre con soundtrack lluvioso (y quizás hasta un Gene Kelly danzarín en la cabeza).

Tiempo de observar; de sorprenderme ante la simplicidad de lo cotidiano, de largas caminatas con zapatos húmedos y la bastilla del pantalón como un lodazal.
Escala de grises y de vez en cuando, una coqueta sonrisa invertida en el horizonte.

¡Ya llegó, ya está aquí... mi Navidad veraniega!