domingo, 12 de abril de 2009

Palabras mudas, humanos necios...

La sensación de haber podido decir más, me acompaña casi siempre cuando llego al refugio de mi soledad... irónicamente estudié comunicación.
Lo cierto es que soy un asco cuando de hablar se trata. En particular al hablar de sentimientos o de cualquier tema emocional. Más en particular emociones positivas.
Todas aquellas ocasiones en las que quise expresarle a alguien felicidad, gratitud, cariño, admiración... y me fue imposible. Y todas aquellas también en las que escupir sapos y culebras en momentos de tensión, me resultó tan sencillo.

Últimamente he venido supliendo los sapos y las culebras por el sarcasmo y el cinismo... es como que más cool. Aunque a decir verdad ya estoy cansada de vivir así. Sobre todo porque antes en algún momento de mi vida, tuve la capacidad de decir lo que quisiera según lo fuera sintiendo. Y recuerdo que era chido.
En el trayecto DF-Ags. pasaron The secret life of words, película de la catalana Isabel Coixet, que pensaba dejar de lado para jetonearme de lo lindo ya que sólo había dormido un par de horas.
Pero me ganó la curiosidá al escuchar la pieza musical de entrada.

Decisión unánime de mantener los ojos bien abiertos al toparme con la escena del diálogo entre la protagonista y su patroncito (quiero un jefe así! que me obligue a tomar un mes de vacaciones, jiji). No sé si fue el estado de ánimo del momento o mi latente sentir del que hablé en un principio, pero de que me tocó una que otra fibra la peli... lo hizo.
Y la pregunta del millón: por qué carajos nos hemos de complicar tanto la existencia los seres humanos, cuando desde fuerita se ve todo tan sencishito como un argentino.

Que te quiero, pos te quiero! que te odio, pos chinga tu madre! palabras más, palabras menos... y todos felices y todos contentos. Ah! pero no. Me lo trago todo porque qué vas a pensar de mí, y aparte no "está bien" sincerarse porque te pones susceptible y entonces pierdes el control y te conviertes en la parte débil y y y... bullshit!
Aquí es donde entra el intermedio de la agridulcealimañainvenciblesic que me grita desde su rincón: background, background!

Por qué diablos tenemos que vivir condenados a padecer entre nuestros genes malignos y nuestra educación conductista?! Aich, qué coraje me da escribir esto que es como el planteamiento de un problema de 1ero de kinder (que ni se veían problemas en esa etapa; ni pedo... es mi analogía) pero que igual no se ha llegado a resolver estando a veces a un paso de la tumba.
Y me da más coraje porque suena tan simple desafanarse de tanto demonio estorboso, pero a la hora de la hora ñe... quero-mi-mami-soy-mariquetas.

"Aprenderé a nadar". Voy a recordar eso la próxima vez que quiera quedarme callada y guardarme el sentimiento como si fuera delito.

Bonus extra: el soundtrack rules de rules =)

4 comentarios:

Dean dijo...

Me gusta como escribes y es muy agradable leerte. Un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias por visitar Dean! saludos :-)

tomasinjaja dijo...

En lugar de La Dolce V no quedaría mejor algo así como La Agria V o La Salada V, digo, por aquellito del cinismo.

Bueno mi estimado La Dolce V, me despido esperando verla pronto, creo que me contagiaste por microondas tu malestar pues amanecí maleta de la garganta, en fin.

Slds!

Anónimo dijo...

Claro amigou! yo soy la Dolce V y asté es el Saramago's lover... is it clear? jeje :p
PD no me eche la culpa de sus defectuosas defensas. Pellizcos!