miércoles, 7 de diciembre de 2011

El gordo

Anoche me quedé dormida con los audífonos puestos.
Tardé en conciliar el sueño... pensaba en Rafa. En que ya son 3 años desde que se nos fue... y a veces es como si hubiera sido ayer, a veces como si hubiera sido hace años.
Nunca, desde su muerte, lo he vuelto a soñar. El gordito no se me ha aparecido aún para jalarme las patas; ni para criticar a grito pelón mujeres gorditas desde el más allá, ni para tomarse una coca conmigo...

3 años atrás soñé con Rafa. Una madrugada del 7 de Diciembre de 2008.
Por esa fecha, había comprado un juego de lotería con imágenes del grabador José Guadalupe Posada.
En mi sueño, estábamos Rafa, Rod y yo, sentados alrededor de una mesa de la que parecía ser la cocina de la casa en la calle de Rayón, donde el gordo vivió algún tiempo en Aguascalientes, y donde algunas veces jugamos al risk, o a las cartas; y en definitiva, donde varios de sus amigos-hijos pasamos gratos momentos.

En el sueño, los tres jugábamos a la lotería. Estábamos contentos y era Rafa quien sacaba las cartas de juego.
En algún momento Rafa "cantaba" la carta de la Catrina. Después de eso, se levantaba de la mesa riendo; con esa risa a carjada abierta que le caracterizaba.
Antes de irse, me pasaba por un lado y me decía: "cuídalo", señalando a Rod.
Entonces desperté.
Y desperté sin imaginar aún que esa misma mañana, Rafa se nos iría para siempre.

Meses atrás había ido a visitarlo a su casa en Guadalajara. Me acompañó mi amiga Jannete y pasamos toda una tarde platicando con él, escuchando sus historias y peripecias. Para entonces, estaba ciego de un ojo y se veía muy delgado. Nos contó que pronto lo operarían del otro ojo, con la esperanza de no quedarse completamente ciego.
Recién se había recuperado de una neumonía casi mortal... y así, el gordo desafiaba con uñas y dientes a la muerte, que poco tiempo después, terminó por alcanzarlo.

Anoche pensaba en un día en el que Rafa me animó a escribirle una carta a mi papá: "Chapis, tienes que hablar con tu papá; tienes que perdonarlo, decirle que lo quieres y abrazarlo. Si no puedes decírselo directamente, escribe una carta... pero ya no te guardes esas cosas, que te hacen tanto daño".
En efecto, escribirle a mi papá en aquella ocasión, me dio un gran alivio; y todas las veces que tengo oportunidad de abrazar a mi viejo, las sabias palabras del gordo me hacen coro.

Recordé también, cuando el gordo todavía no vivía aquí, un día que vino de visita para la feria del pueblo. Esa vez, lo llevamos de antro, cosa que ninguno teníamos costumbre de hacer y sin embargo, nos la pasamos poca madre. Cuando vi a Rafa llegar al antro, me dio muchísimo gusto y nos fundimos en un abrazo como de 10 minutos. Todavía siento la calidez de ese abrazote de oso que nos dimos...

Y así era él: cariñoso, criticón, mordaz, carismático, peleonero, gritón, noble, generoso, leal... y pedorro, jaja. Se tiraba pedos frente a mi, aunque Rod lo regañara por eso. La verdad es que para mi esa confianza era como un halago :)

Por lo pronto, tengo su biblia en mi casa para regresársela el día que se le ocurra darme un buen susto, de esos que le encantaban.
Tres años ya sin el gordo: muchas historias que contar; muchos pendientes para cuando nos reencontremos algún día en la 4a dimensión, o por lo menos en alguna frecuencia REM.

Al 7 de Diciembre del 2011 se le extraña y se le quiere.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Buen Invierno (almost)


Oficialmente, mi nuevo trauma del casi extinto 2011... amo las canciones tristes, porque me ponen particularmente feliz. Sigo siendo emo de clóset.

And someday...




Love in the nick of time

martes, 22 de noviembre de 2011

RETÓRICA INFANTIL II


Mi madre: y ¿sí sabes que estás bonita, verdad?

Mi sobri: sí....

Mi madre: a ver, ¿qué tienes bonito?

Mi sobri: mmm... ¿mi blusa?







Jijiji

martes, 1 de noviembre de 2011

jueves, 27 de octubre de 2011

Fue tanto amor, fue tanto amor, fue tanto, tanto, tanto amor... que no encuentro momento pa' olvidar.
No tengo ganas de olvidar. No doy con el tiempo pa' olvidar. No tengo tiempo pa' olvidar. Me pierdo en el tiempo pa' olvidar. Es que no hay ganas de olvidar...

miércoles, 5 de octubre de 2011

El Club de la hipocresía

Un club deportivo se inauguró el fin de semana pasado en mi pueblo.

Una amiga me invitó a asistir como espía, ya que su madre es gerente de ventas en otro club, por lo que la idea era pirate… ver qué tal estaba la competencia.

Días antes, un amigo del trabajo me contó que había ido a conocer las instalaciones del nuevo lugar, porque tenía la idea de apuntarse con otros amigos.
Él es muy de ejercicio, gimnasio, dietas… así que vio como buena oportunidad el inscribirse en un sitio donde pudiera tener varias opciones para sus rutinas de mantenimiento y demás actividades, compartiendo gastos con otros compis que buscaban lo mismo.

Mi amigo es un tipo guapo, varonil; muy mexican macho style, con la salvedad de que –como él mismo dice-en cuanto abre la boca, aflora la nenita que lleva dentro, irremediablemente.

Y de esto se dieron cuenta quienes le dieron el tour por el lugar. Me contó cómo uno de los vendedores comenzó a explicarle de manera nerviosa que únicamente se podían inscribir familias o parejas hombre-mujer. (“Por ejemplo, Usted y su NOVIA”, le decía el chico vendedor, enfatizando mucho lo de la NOVIA, mientras otra vendedora que parecía ser la jefa, le hacía segunda con un “Y oseaaaa, su NOVIA con planes de CASARSE, por supuestoooo”)

Mi amigo le explicó al vendedor que no tenía novia, esposa y mucho menos planes de casarse; que la idea era inscribirse con un grupo de amigos: una pareja de casados (hombre-mujer, para su tranquilidad, por supuestoooo) y otro más, soltero, al igual que él.

Sudando la gota gorda y hablándole en voz baja ésta vez, el vendedor le sugirió como mejor idea, que junto con su amigo soltero, se consiguiera unas “amigas” que se hicieran pasar por sus novias.

Al ver que a mi amigo no le caía tan en gracia la brillante idea, el atribulado vendedor no tuvo más remedio que decirle: “Es que así son las cosas aquí. Quieren que el club sea familiar y que la gente esté… cómo decirlo… tranquila”.

Ya más relajado y con mejor humor ante el ligero ambiente discriminatorio que experimentó ese día, mi amigo me contaba divertido que seguramente los vendedores se habían imaginado que planeaba pasearse con sus amistades gay por la alberca “familiar”, enfundado en un speedo color rosa y con su toalla de barbie encima.

Así la cosa, camino a nuestra encomendada labor de espías, le platiqué ésta historia a mi amiga; más que por chismerío, por saber qué pretexto pondríamos para que no nos hicieran fuchi los del club, puesto que ambas somos solteras, sin novio ni marido a la redonda, ni amigos que nos pudieran hacer el gran favor de fingir que tienen planes de casorio con nosotras.

Como por fregar, lo primero que se nos vino a la mente fue armar un escandalito en pleno discurso mocho de los dueños del lugar, abogando por nuestro derecho a pertenecer a su selecto club y a ponernos bronceador teta con teta, si así nos daba la gana.

Finalmente y aterrizadas en la realidad, nos chutamos los soporíferos discursos de inauguración, criticamos y reímos sin piedad, levantamos evidencia fotográfica, tragamos canapés como muertas de hambre y luego, muy dignas, nos retiramos del lugar para ir al cine a ver una peli muy familiar.

jueves, 29 de septiembre de 2011

R.E.M. refresh

Orita me acordé que soñé que estaba en un concierto de R.E.M. pero... ¡yo era parte de la banda!
Me daba rete harta emoción salir al escenario y ver que había un montón de fansessss dispuestos a rockear con nois.

Bienvenida al club de nerdos, melenuda...

Lo que no cuadra mucho en mi sueño, es que los integrantes estaban muy melenudos, cosa que no es tan cierta (sobre todo por su vocalista, Michael Stipe). Y lo chistoso es que justamente salíamos a abrir el concierto agitando nuestras voluminosas y largas cabelleras... y eso me hacía sentir eufórica y liberada, de algún modo.

¡Ay, el enigma de los sueños! Entre que el otro día los de R.E.M. anunciaron su separación, entre que anoche estuve leyendo El Diccionario de los Sueños y entre que los estreses acumulados, sepa la mami que me esté queriendo escupir mi subconsciente.

De mientras:

When the day is long and the night, the night is yours alone,
When you're sure you've had enough of this life, well hang on
Don't let yourself go, 'cause everybody cries and everybody hurts, sometimes...


Amenizando este post: Everybody Hurts- R.E.M.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Dice Rubén

Dice Rubén que quiere la eternidad, que pelea por esa memoria de los hombres para un siglo, o dos, o veinte. Y yo pienso que esa eternidad no es más que una prolongación, menguada y pobre, de nuestra existencia.

Hay que estar frente a un muro. Y hay que saber que entre nuestros puños que golpean y el lugar del golpe, allí está la eternidad.

Creer en la supervivencia del alma, o en la memoria de los hombres, es lo mismo que creer en Dios, es lo mismo que cargar su tabla mucho antes del naufragio.


JAIME SABINES


Dice Rubén que una quesadilla de papas con chorizo es igual a un huarache de papas con chorizo, con la única diferencia de que el huarache está extendido. Entonces, los sopes pasan a ser huaraches más pequeños, y así, la comida mexicana es bastante repetitiva.

Y yo pienso que esas deducciones sólo pueden ocurrírsele a él, mientras todo este tiempo he vivido engañada disfrutando de la "diferencia" entre unos chilaquiles y unas enchiladas...

Hay que estar en una taquería. Y hay que saber que un taco al pastor de 1 euro en lo de Rafa Márquez, no es ni parecido a lo que obtienes por 5 pesos de un taco al pastor en mi pueblo.

Creer en la igualdad en México, o en que a un español le cambiarían unos euros sin presentar pasaporte como al tipo francés, es lo mismo que creer en Dios, es lo mismo que viajar con una mexicana a Playa del Carmen y que a ella la confundan con extranjera en su tierra, sólo porque el europeo "real" tiene mejor estilo para zamparse unos tacos con guacamole.

V

lunes, 12 de septiembre de 2011

Amores a tiempo incompleto

Estrenarme como la tía 2008 (a unas pocas horas del 2009) y serlo por segunda ocasión en 2011, ha sido muy diferente.





La de finales de 08 estaba llena de ganas de maleducar criaturas ajenas; de ser solapadora, graciosa, besucona hasta la asfixia, fastidiosa... y consciente de que los momentos de responsabilidad, no pasarían de unas cuantas horas de convivencia con la enanita en desarrollo.

Casi 3 años más tarde, siento un estorboso temor de no saber si algún día tendré la oportunidad de dormir en mis brazos y cuidar de alguna cosita cachetona e inocente, con la alegría y la fuerza de una madre a tiempo completo, y no quedarme solamente como una tía a tiempos partidos.

En fin, que como dijo el viejito jipi Patch Adams, el otro día en su conferencia: "Uno de los pequeños secretos para lograr la felicidad, es el ser agradecido".

Y agradezco infinitamente poder participar de alguna manera en la vida de mis sobrinos, aunque sea para mordisquearlos, ponerles apodos y hacerlos renegar de vez en cuando, jiji.

sábado, 16 de julio de 2011

De búsquedas y encuentros

Recordando aquel pasaje de El Libro Salvaje, de Juan Villoro (el que por cierto, me dejó absorta toda una tarde en el afán de terminarlo, con el consiguiente dolor de cabeza por el éxtasis lec-tu-ro-so, uff... pero es que ¡es bellísimo!) que decía algo así como que los libros buscan a sus lectores -en una línea fantástica, naturalmente- pero no por ello tan distante de la realidad, como siento que ha sucedido con mis últimas lecturas, precisamente.


El día que descubrí El Libro Salvaje, hace algunas pocas semanas, estaba sola en casa de mi abuela, con una mínima disposición para hacer algo provechoso, cuando en la búsqueda de ya ni recuerdo qué cosa, me topé con un montón de cuadernos que mi primo adolescente había dejado ahí. Encima de los cuadernos, resaltaba un libro que parecía ser de los que nuestra fabulosa educación pública brinda a los estudiantes como material gratuito.

Más por curiosidad (con una pizca de ansiedad) que otra cosa, tomé el libro y me arrellané en un incómodo sillón de la sala.
Y como en mis viejos tiempos pubertos, únicamente solté el libro para hacer una breve pausa alimenticia, para luego seguirle como si fuera manda.

En el transcurso de la lectura, reí, refunfuñé, soñé, extrañé, suspiré, lloré... en pocas palabras, encontré un alivio que necesitaba en ese momento y que jamás habría imaginado encontrar de esa manera. El libro de Villoro me buscó... y me encontró para siempre.

Días después, en casa de la filos de cabecera y a punto de ponerme en estado catatónico, abruptamente me vino a la mente el Dr. Viktor Flankl. Quizás al mismo tiempo, sentí cierto remordimiento por mi poca dedicación a la materia optativa de Psicología Humanista, en mis tiempos de bachiller, que busqué de manera consciente rescatar algo de aquello.
Le pregunté a mi amigui si el Dr. Frankl se encontraba entre sus tesoritos acumulados y así fue. El hombre en busca de sentido me buscó... y me encontró para siempre.

-Inter-

Para darle mayor intensidad a mi propósito de engolosinarlos de coincidencias lectoras felices, tengo que contar también que este día me dispuse a leer a Simone de Beavuoir, en su libro La Invitada (si mal no recuerdo, uno de los regalos de amiga frecuente versión 2010 ;)). Y ciertamente me dio muchos ánimos... para dormir al cabo de dos capítulos y evadir en siguientes oportunidades, su lectura. Hasta ahora, como en cualquier tipo de relación, la Simone y yo nomás no hemos encontrado compatibilidad alguna. Ella no me busca y siendo franca, ni falta que me hace.

Por si fuera poco, la sentencia de que "los libros buscan a sus lectores" no la he aplicado únicamente al placer de las coincidencias lectoras felices, no...
Como buena mañosa y convenenciera que soy, he arrastrado el sentido de la frase a otro de mis preciados placeres: las pelis.
Es por ello, que ahora estoy convencida de que alguna misteriosa energía cósmica se desató en el universo (ja, mi ego está en mantenimiento, disculpe las molestias), en el mismo instante que le di play tanto a Sideways, como a About Schmidt.


Quitándome de tanto misticismo, la cierto es que la verdadera sorpresa me la llevé con los extras de estas dos movies, pues ambas las había visto ya hace algunos años, durante su periodo en cartelera. Y qué decir; que el Sr. Director Alexander Payne es un tipazo, que de haber tenido al lado, con seguridad le habría abrazado hasta entumirme, ganándome una merecida orden de restricción.

Normalmente para algunas versiones en DVD, se adjunta material extra de escenas suprimidas, algunos detrás de cámaras, entrevistas, etc. Schmidt y Sideways no son la excepción, salvo que en cada una de las escenas suprimidas se incluye una magnífica descripción del porqué y cómo fue grabada la escena, porqué fue editada después o simplemente removida.
Estas anotaciones están a cargo de Alexander Payne y son en sí mismas un breve resumen del genuino amor y la devoción que le tiene este hombre a su trabajo.

Me queda claro, que por una parte, muestra el orgullo natural de saberse un fregón en lo que realiza, sino para qué incluir y detallar cosas de las que el espectador jamás se habría enterado. Sin embargo, nunca jamás cae en la presunción; mucho menos en la soberbia. Incluso al describir las escenas y sus porqué sí y no, le imprime un toque de sana humildad y deliciosa modestia a sus apreciaciones, que sólo los verdaderos grandes pueden tener.

Así, Alexander Payne también me buscó en el estante de Walmart, donde sin saber que ambas pelis eran de él, escogí Sideways y About Schmidt. Me buscó... y me encontró para siempre.

Musicalizando este grato momento: Funeral - Mathew Herbert

viernes, 1 de julio de 2011

Checklist

Pos ya nomás que me den las 2:30 p.m para poner pies en polvorosa...


Boleto a Lion: listo (a ver sicierto que me toca un camioncito azul cuando trasborde hacia Guanajuato, jiji).

Equipaje: listo (nomás agarro una chamarra que tengo en casa de mis papás, antes de irme, por aquello de los vientos veraniegos).

Bolsa de mano marca acme: lista. Creo que pesa más que mi maleta, ya que ahí cargo hasta con el molcajete (quién sabe, en una de esas se me ocurre preparar una salsita en pleno camino :))

Ipod: listo (me hubiera gustado actualizar mi playlist, que ya está medio caduco, pero con eso de que tengo al gaspar en mantenimiento, pos... ya ni tiempo).

Libro: listo. Ando en rollo psicoterapéutico, por lo que cargué con El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl y auspiciado por la amiga de cabecera.

Cámara: lista. A ver si logro capturar algo rescatable, para ir retomando ritmo fotográfico...

Papos andariegos: listos. Que por cierto, mi jefe ya me vio feo porque vengo de tenis moraditos y sudadera rosita, viernes huevón style, aunque creo que hoy sí me pasé, gulp.

Lentes de sol por si sale el sol: listos. Ya tengo como un año con los mismos, un verdadero milagro que aún no los haya perdido... aún, dije.

Paraguas: pendiente. Ayer estuve a punto de comprar uno, pero no era de los que podrían caber en mi bolso de mano marca acme, por lo que... ¡descartado! Tláloc: ten piedad de mi y descarga tu furia cuando me encuentre resguardada bajo techo.

Chunches para el camino: pendientes. Al rato armo el itacate burritos-tortas-tacos o así... (¿me darán "lonche" en el bus? I hope so...)

Attitude: low con esperanza de convertirse en high. Life's blog on, eso sí... tons, de acuerdo a lo previsto en 2005, en un rato más comienza la Itza-excursión a Guanajuato, me guste o no.


Qué ganas de habernos conocido...

viernes, 24 de junio de 2011

24 de Junio: día de las amigas reencontradas

Y ésta es una de las razones por las que no me arrepiento de ser una acumuladora de meiles y por ello, quizás, continúe contribuyendo a la contaminación cibernética hasta que el dios del interné me lo permita.
Agradecimiento especial a la mítica amiga y que ya no fuma (salvo ocasiones muy especiales :-P), por los pasados confusos y los presentes valiosos.
Ahí dejo.

jueves, 23 de junio de 2011

I



¡Sorpresa!...
Llegas a casa y no hay luz.

Entonces, usted:















a) Se paniquea por dos segundos. Luego, considera que es una buena oportunidad para invocar espíritus chocarreros.


b) Envía un mensaje a su amiga de cabecera, más o menos así: "No tengo luz :-S". Claro, como si la amiga de cabecera trabajara en la CFE y pudiera hacer algo al respecto.


c) Reflexiona: "Si no tengo refrigerador, ni televisión por cable, qué demonios me importa la no-electricidad".


d) Invoca espíritus chocarreros; pero de los amables, porque los groserotes y así, le dan miedo.


e) Prende la única vela que tiene y se divierte proyectando con las manos, sombras de animales diversos.


f) Se pasea con su única vela por la casa, sintiéndose medieval.


g) Toma fotografías... y se da cuenta que su cámara chafea gacho en escenas con poca iluminación. Francamente, usted es quien chafea con las fotos.


h) Lee dos aburridos capítulos de un libro a la luz de su vela y le asaltan recuerdos de alguna escena de la película "El nombre de la rosa".


i) Decide dormir para soñar con los espíritus chocarreros.


j) Todas las anteriores.

viernes, 25 de febrero de 2011

Bipolaridad económica

Qué feo se siente, desembolsar mes a mes, los centavos para cubrir las deudas de las tarjetas de crédito... :(

Pero qué bonecito es, caminar unos pasos fuera del banco y descubrir que, justo-lo-que-estabas-buscando, está de ofertón, por lo que, tarjetazo se ha dicho!... :)


Píquele a la foto y envídieme...
(Teléfono, plumas y marcadores, no estaban de oferta)

Osh, qué debil soy. Págame la publicidad, Slim ¬¬.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Meiles

Estaba pensando que...
Abrir el correo y ver un mensajito así todo inesperado, es bien bonito :)

jueves, 10 de febrero de 2011

Always



This Romeo is bleeding, but you can't see his blood...
It's nothing but some feelings, that this old dog, kicked up. It's been raining since you left me, now I'm drowning in the flood.
You see I've always been a fighter, but whithout you, I give up...


Now I can't sing a love song, like the way it's meant to be
Well, I guess I'm not good anymore...
But baby, that's just me
And I... will love you... baby...













Debo dejar de leer a El_Neb... o dejar de escuchar radio UVA

jueves, 3 de febrero de 2011

Despertar y dormir

Estaba en la oficina de mi jefe, revisando con él una información de nóminas y bla, bla, bla.
Y así de la nada, comencé a sentir una pesadez terrible en los ojos, con la consecuente sequedad de los mismos, en el intento despiadado por mantenerlos abiertos y no quedar como la que se duerme en el laburo y además, enfrente del jefe.
Por momentos, creo que me fue imposible lograr mi cometido y quizás, fue evidente que estaba librando una batalla contra el repentino sueño.
Total, que empecé a recordar otras ocasiones en las que me sucedió algo similar: el curso de ventas en Guadalajara, cuando trabajé en Fiesta Americana; algunas clases en la Uni (casi siempre, las que tomaba en horario 4-5 p.m.), una cena en la que Ojos habló y habló y habló -y, en la que, irremediablemente-, me quedé dormida sobre su hombro.
Con todo y mis cavilaciones, yo seguía teniendo un sueño de la chingada, además de que no podía concentrarme ni tantito en lo que estábamos revisando.
Así que me enfoqué en el rostro de mi jefe, creyendo que, con mirarlo directamente, mi esfuerzo tendría que ser doble y terminaría por mantenerme bien despierta. Pero no.
Además, los ojos me ardían cada vez más, por el humo del cigarro que inunda su oficina.
Por fin, mencionó algo que dió pie a mi característico "pues, bueno..." que es la antesala para mi inminente retirada.

*****

Cuando salí del trabajo, rumbo a casa de mis papás, estaba casi segura de que tomaría una siestecita reparadora, pero...
En cuanto puse un pie en la calle, tuve la sensación del "despertar". Le llamo así al momentito en el que nos "damos cuenta" de que estamos en X sitio, de que ocupamos un lugar en el espacio y de que entonces por qué chingados nos sentimos tan fuera de lugar, tan mínimos y tan ajenos a nosotros mismos.
"O sea, yo no soy ésta y qué diablos hago aquí?"-pensé.
Imagino, que esa sensación que dura unos pocos segundos, ha de ser porque mi verdadero yo está a punto de despertar en la realidad verdadera. Así como cuando uno sueña y en el sueño todo va de maravilla, hasta que las hamburguesas te persiguen o tú a ellas y entonces eso no te cuadra mucho con tu realidad de laburos en los que casi te duermes, por lo que te despiertas, sólo para comprobar que efectivamente el irse a dormir con la panza vacía, no es algo recomendable.
En fin, que con el despertar ya no me dieron ganas de dormir, sino de escribir.
Ah, y cuando crucé la calle en medio de mis líos existenciales (sobre el despertar, los otros yo y el maldito frío que me cala hasta los huesos), un taxista me gritó: qué fríoooo, pero qué calorrrrr... naco.
Y creo que apesto a cigarro, osh.


miércoles, 19 de enero de 2011

Lost in Translation

Anoche vi Lost in Translation.
Otras veces, la había visto anunciada; o en mi paseo habitual por todos los canales, daba con ella; pero nunca me detenía para verla.
La noche de ayer tuve cierta renuencia también y, aunque por coincidencia, puse el canal donde estaba por comenzar, le cambié para ver otra cosa.
Más tarde, por fin, sintonicé la peli, cuando ya iba a la mitad... y la disfruté como la primera vez que la vi. Incluso, puedo decir que algo más.

De la primera vez, nos recuerdo a los tres, en la sala de cine. Como siempre, Rod y yo, con las expectativas sobre lo que estábamos a punto de ver: que si la peli había sido aclamada por la crítica, que si Sofía Coppola se colgaba del nombre de papi Francis, que si Scarlett Johansson era la nueva promesa del cine (aunque ni tan nueva, pa esos entonces), que si la fotografía, el soundtrack...
Personalmente, identificaba sobre todo a Bill Murray, como Peter Venkman, de los cazafantasmas... ajá, viejos traumillas de mi infancia.

Y recuerdo también a Ernesto, con la franca sonrisa de siempre y palomitas en mano, acomodándose en la butaca para pasar un buen rato, yendo al cine con sus amigos.
Salimos de la sala, satisfechos con lo que vimos; comentarios más, comentarios menos.
Esa fue la última vez que fuimos al cine con Ernesto.
La última peli que vimos con él, fue Voces Inocentes, de Luis Mandoki. La vimos en casa de su mamá, un fin de semana que fuimos a visitarlo, cuando recién comenzaba las quimioterapias. A pesar del drama fílmico y el drama particular, no se me olvida la sonrisota infinita de Ernesto.

Anoche, tras la segunda vuelta de Lost in Translation, pensé en todas las cosas de las que me he perdido, por el miedo al dolor.
Sobre todo, porque es miedo a un dolor fantasma, no a un dolor real, en sí.
Por supuesto, me encantaría decir que cualquier día de estos, podría tomarme un café con Ernesto... aunque no sea así, me quedo con la fortuna de saber que pude hacerlo alguna vez.
Y me quedo también con el recuerdo del tipo más valiente que he conocido.

Ah! y por cierto, que a Bill Murray ya no lo asocié esta vez a Peter, el ghostbuster... aunque le encontré cierta similitud con su personaje en Flores Rotas.
Ya vislumbro próximo trauma... jojo.