Julio ya. Séptimo mes; mes en el que me dejo de temores fabricados y me encomiendo a Tales de Mileto y a Heráclito de Éfeso.
Empiezan las lluvias y el delicioso aroma a tierra mojada; la melodía del agua tarareando alegre o furiosa en las ventanas, el estilo Mary Poppins rumbo al trabajo, la gabardina 2 tallas más grande que nunca he mandado arreglar, la romántica nostalgia de las citas al aire libre con soundtrack lluvioso (y quizás hasta un Gene Kelly danzarín en la cabeza).
Tiempo de observar; de sorprenderme ante la simplicidad de lo cotidiano, de largas caminatas con zapatos húmedos y la bastilla del pantalón como un lodazal.
Escala de grises y de vez en cuando, una coqueta sonrisa invertida en el horizonte.
¡Ya llegó, ya está aquí... mi Navidad veraniega!
1 comentario:
Pues por aquí tendremos que esperar hasta diciembre para que caigan un par de gotas.
Un saludo.
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