Algunas supersticiones de fin de año incluyen: barrer la entrada de tu casa y luego darle una vuelta corriendo a la cuadra donde vives. Esto, como simbolismo a echar las malas vibras del año pasado y dejar entrar nuevas energías en el que viene.
Existe también la conocida y peligrosa tradición-superstición de atragantarse con uvas durante las 12 campanadas que anuncian el fin de año; así como usar calzones coloridos -que nos hayan sido regalados previamente- el día 31 de diciembre, según sea el interés para el siguiente año: amarillos para la buena fortuna, rojos para atraer el amorrsss y verdes para conseguir mariguana de la buena, o sease, para estar re saludable.
Otra creencia es la que dice que como termines el año, determinará lo que te espera en el siguiente. Por ejemplo, si finalizas el año viajando, el próximo llegará cargado de viajes y paseos; si acabas el año peleando con tu pareja, al sig. te vas a casar irremediablemente con él o ella... y cosas así por el estilo.
Y díganme supersticiosa, pero el 31 de diciembre del 2005, justo antes de dar la media noche, me dió un dolor de estómago tan terrible que tuve que abandonar la cena en casa de los abuelos de mi entonces gordo, para irme a la mía a chillar y a sufrir a gusto.
Y ¿qué sucedió en 2006? Exaito... el primer semestre del año me la pasé entre hospitales, doctores, estudios, medicamentos y dolores terribles que me hacían desear estar tres metros bajo tierra (y conste que en esos entoncenes no sabía de la maldición-superstición de fin de año).
Otra vez, poco antes de las 0:00 horas del 1° de Enero del 2008, me tragonée una hamburguesa con papas y refresco en un Carl's Jr. de Puerto Vallarta, en compañía de mi amiga Janis (alias señora panzona que parirá en abril del siguiente año), mientras nuestros demás amigos movían el esqueleto en algún antrillo de la playa.
Y ¿qué sucedió en 2008? Exaito... no he regresado desde entonces a ningún Carl's Jr. y me fui de antro una vez en todo el año; peeeero... conocí la cálida playa de Oslo y las gélidas aguas caribeñas de Panamá, en el segundo semestre del año. A ver, a ver, ¿mera coincidencia o maldición de fin de año cumplida?
Curiosamente, Janis se casó por lo civil el 31 de diciembre de 2008, y esa misma noche nació Daniela mi sobrina; justo un año después de aquella tragonería findeañera en Carl's Jr., pero aún no encuentro la conexión entre estos hechos.
Aunque, notarán que Jr. se compone de la letra J, que es la inicial de Jannette; y R la inicial de Reno, que es como se hace nombrar el señor esposo de mi amiga. Ya nomás falta que le pongan Carla o Carlos al baby... que por cierto, Carlos es el primer nombre de mi hermano mayor, o sea, el papá de mi sobri (ah! también busco formas en las nubes sobre pedido :-) )
Bueno, pues por si son peras o son manzanas, Itza y yo ya acordamos regalarnos chones coloridos para este fin de año (que tengo la ligera sospecha que ciertos chones ya no te harán tanta falta, verdad amiga? jejej).
Por lo demás... ¡muy felices supersticiones y que el próximo año los sorprenda muy lejos de la taza del baño!
¡ Or güa 2009 :-) !
P.D. Haber visto recientemente A Beautiful Mind y The Fight Club, pudo contribuir un poco con la paranoia de este post, upsi.
Existe también la conocida y peligrosa tradición-superstición de atragantarse con uvas durante las 12 campanadas que anuncian el fin de año; así como usar calzones coloridos -que nos hayan sido regalados previamente- el día 31 de diciembre, según sea el interés para el siguiente año: amarillos para la buena fortuna, rojos para atraer el amorrsss y verdes para conseguir mariguana de la buena, o sease, para estar re saludable.
Otra creencia es la que dice que como termines el año, determinará lo que te espera en el siguiente. Por ejemplo, si finalizas el año viajando, el próximo llegará cargado de viajes y paseos; si acabas el año peleando con tu pareja, al sig. te vas a casar irremediablemente con él o ella... y cosas así por el estilo.
Y díganme supersticiosa, pero el 31 de diciembre del 2005, justo antes de dar la media noche, me dió un dolor de estómago tan terrible que tuve que abandonar la cena en casa de los abuelos de mi entonces gordo, para irme a la mía a chillar y a sufrir a gusto.
Y ¿qué sucedió en 2006? Exaito... el primer semestre del año me la pasé entre hospitales, doctores, estudios, medicamentos y dolores terribles que me hacían desear estar tres metros bajo tierra (y conste que en esos entoncenes no sabía de la maldición-superstición de fin de año).
Otra vez, poco antes de las 0:00 horas del 1° de Enero del 2008, me tragonée una hamburguesa con papas y refresco en un Carl's Jr. de Puerto Vallarta, en compañía de mi amiga Janis (alias señora panzona que parirá en abril del siguiente año), mientras nuestros demás amigos movían el esqueleto en algún antrillo de la playa.
Y ¿qué sucedió en 2008? Exaito... no he regresado desde entonces a ningún Carl's Jr. y me fui de antro una vez en todo el año; peeeero... conocí la cálida playa de Oslo y las gélidas aguas caribeñas de Panamá, en el segundo semestre del año. A ver, a ver, ¿mera coincidencia o maldición de fin de año cumplida?
Curiosamente, Janis se casó por lo civil el 31 de diciembre de 2008, y esa misma noche nació Daniela mi sobrina; justo un año después de aquella tragonería findeañera en Carl's Jr., pero aún no encuentro la conexión entre estos hechos.
Aunque, notarán que Jr. se compone de la letra J, que es la inicial de Jannette; y R la inicial de Reno, que es como se hace nombrar el señor esposo de mi amiga. Ya nomás falta que le pongan Carla o Carlos al baby... que por cierto, Carlos es el primer nombre de mi hermano mayor, o sea, el papá de mi sobri (ah! también busco formas en las nubes sobre pedido :-) )
Bueno, pues por si son peras o son manzanas, Itza y yo ya acordamos regalarnos chones coloridos para este fin de año (que tengo la ligera sospecha que ciertos chones ya no te harán tanta falta, verdad amiga? jejej).
Procuraré además, finalizar el año a carcajadas; porque lo que sea que me depare el 2011 (lapsus-brutus-temporal-Juchipilteco), si algo disfruto en esta vida es reírme hasta que los dedos gordos de mis manos se vuelvan inútiles.
Por lo demás... ¡muy felices supersticiones y que el próximo año los sorprenda muy lejos de la taza del baño!
¡ Or güa 2009 :-) !
P.D. Haber visto recientemente A Beautiful Mind y The Fight Club, pudo contribuir un poco con la paranoia de este post, upsi.
1 comentario:
Aquí comemos una uva con cada campanada de las 12 de la noche, dizque para la buena suerte, yo ya estoy preparando todo para que el año nuevo no se parezca en nada al 2009, un año para olvidar.
Que seas feliz. Un abrazo.
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