Un bosquejo, una breve imagen; no te sé pero te creo. Camino en triángulos repasando 33 minutos de taciturna andanza, llena de melodías exóticas dispuestas a suprimir todo buen juicio. Descubro entonces el talento de hacerme callar en el preciso instante del feliz discurso; sólo queda observar y aprender de memoria tu manera de existir entre los ríos de golondrinas.
Voy hilvanando cada silencio con la invisible aguja que nos separa del resto del mundo, ignorante.
Allá, más allá de donde te encuentre, los cuatro elementos se sumarán al imperioso juego de los devenires... y esa danza me arrullará antes de cerrar los ojos para no dormir.
El pensamiento y las manos -sustitutas de esta ceguera- mentirán con alevosía. Ya imagino la primera pregunta: "¿A qué se parece la lluvia cuando no has visto llover?"
Se parece a esto.
2 comentarios:
Está la idea que eso ya es mucho, y si se escribe lo es todavía más, o sea que falta poco.
Un saludo.
Hey! bienvenido de nueva cuenta, viajero!
Paso a visitarte para más Dean-aventuras :)
P.D. Falta un saltito nomás jiji... saluditos.
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